Detrás de esa dulzura y delicadeza pueden esconderse intenciones que ni imaginas... incluso un propio nativo de Piscis se sorprenderá al descubrir que no es oro todo lo que reluce, ni es totalmente puro todo lo blanco. ¿Te animas a descubrir lo más curioso del signo del pez?
Algunos rasgos de Piscis que te sorprenderán.
No le gusta trabajar: esta es la realidad más cruda a la que cualquier persona que conviva con Piscis deberá enfrentarse. No les gusta saber que tienen obligaciones por cumplir y nunca llegan a desarrollar una verdadera vocación. Su especialidad son los hobbies, los cuales pueden transformar en trabajo, pero con la increíble mala suerte de que le comenzarán a aburrir ni bien formen parte de su rutina obligatoria.
Pretende vivir de su pareja: esta característica se aplica más a las mujeres que a los hombres del signo, pero estos últimos no están libres de padecer este molesto defecto. Incluso en los tiempos que corren, en los que la independencia se ha adueñado de hombres y mujeres, Piscis sigue creyendo que el hombre debe traer el sustento a casa. La situación ideal de los nacidos en marzo es depender del dinero que su pareja genere, mientras ellos se deleitan con las tareas domésticas, la crianza de los niños y algún que otro paseo bajo el sol.
Confían más en la suerte que en el esfuerzo: esta forma de pensar puede sacar de quicio a otros signos más activos. Por ejemplo, un padre o madre de Leo que tenga un hijo de Piscis, puede llegar a pasarlo muy mal. Mientras que el primero basa su existencia en la lucha y en el trabajo duro, el pez nada tranquilamente esperando que un golpe de suerte le cambie la vida para siempre. Están seguros que Dios, la Providencia o la mera suerte aparecerán para salvarlos de cualquier tipo de necesidad.
Son supersticiosos: cuando la mala suerte los visita, de inmediato la asocian con alguna brujería o conjuro que alguien malintencionado les lanzó. Está convencido de que la magia es la principal responsable de lo que nos sucede.
Perdonan de corazón: si bien esta es una hermosa cualidad, ellos no se sienten muy orgullosos de gritarla a los cuatro vientos cuando han perdonado a una pareja que les ha sido infiel, se ha aprovechado de su dinero y encima no los ha tratado precisamente bien. El pez perdona lo que sea con tal de no perder a quienes ama.
Le da demasiadas vueltas a las cosas: esta es una señal de desinterés hacia lo que le estamos planteando, pero se desinteresa demasiado seguido en todo aquello que implique una obligación. Por esta razón es que da vueltas y vueltas, intentando despistarnos, y despistarse ellos mismos también, y hacernos olvidar que tienen que hacerlo.
Cree que está bien todo lo que hace: esta característica no está para nada relacionada con la altanería ni la autosuficiencia, sino con un conformismo que puede llegar a resultar exasperante. Los peces están siempre conformes con lo que ellos y los demás hacen. Es el antiperfeccionista por excelencia. Deberían aprender a ser más exigentes, y ellos lo saben muy bien, pero no pueden con la condición de dejarse llevar por la corriente, confiando en que todo estará muy bien si es que la vida lo dispuso así.
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